14 julio 2014

Microsoft insiste en sacar al mercado móviles Nokia con Android.

Cuando Nokia presentó en el Mobile World Congress este año el Nokia X todo apuntaba a que se trataba del último coletazo de los finlandeses antes de ser absorbidos por Microsoft. Un movimiento curioso que parecía un intento de agarrar cuota de mercado utilizando un sistema operativo que había ayudado previamente a su declive.
Pasa el tiempo y, con Redmond a los mandos de la nave, era lógico pensar que esta anomalía iba a durar poco. En Microsoft están centrados en potenciar Windows Phone y que su principal marca, que en el futuro será rebautizada como Microsoft Mobile, tuviera un terminal con Android se podría entender como un hijo bastardo. Pues no. Han pasado cuatro meses y parece que la empresa de Satya Nadella le ha cogido algo de cariño a la familia X.

Del escepticismo a una segunda oportunidad

Como ya sabéis, Nokia ha presentado hoy el Nokia X2. Una evolución del X original, que analizamos hace poco, que viene con novedades de hardware aparentemente discretas pero que con el peso suficiente para competir con otros terminales que se están posicionando de forma muy agresiva en una cifra muy golosa para sus usuarios potencial: los 100 euros.

Nokia ha decidido optar al redondeo y dejar el X2 en sólo 99 euros. Una cantidad bastante ajustada que sólo suponen 20 euros más frente al Motorola Moto E y 10 respecto a la generación anterior. A día de hoy no tiene ningún sentido optar por el primer hijo de Nokia con Android: mejor procesador (Snapdragon 200), cámara trasera con flash, cámara frontal, botón de inicio, capa de software renovada...

De este modo, bajo la marca Nokia, tenemos dos dispositivos de gama baja muy diferenciados. Por un lado tenemos el Lumia 630 que a día de hoy se plantea con la misma estrategia que el 520 el año pasado: ser un móvil económico (150 euros) para atraer a los usuarios al ecosistema Windows Phone y que se queden en esa gama o en un futuro den el pasado a terminales más ambicioso como el Lumia 930.

Por otro lado tenemos al Nokia X2. Un terminal que a día de hoy sigue generando dudas sobre cuál es la verdadera intención de Microsoft. ¿Un punto de unión entre una plataforma conocida y con un ecosistema grande (Android) con otra diferente, con menos aplicaciones y en fase de crecimiento? Lo lógico es pensar que sí.

Mención aparte a los terminales Asha que vendrían a ser la tercera pieza del rompecabezas. Matizar que esta familia está más orientada a mercados emergentes como la India. Tanto los dispositivos con Windows Phone como Android tienen a día de hoy una distribución global más amplia.

¿Tiene sentido Android en la estrategia móvil de Microsoft? En Redmond parece que lo tienen claro.

Sólo hay que ver la capa de software que usan estos terminales de Nokia: la interfaz ajustada para parecerse lo más posible a los Windows Phone anima a pensar que por un lado quieren dar continuidad a todos sus dispositivos, al margen del sistema operativo de base, y unificar la experiencia de uso. Por otro la supresión de los servicios de Google en la ecuación anima a pensar que se trate de un terminal puente.

Cuando en el Mobile World Congress nos reunimos con representantes de Nokia ellos lo tenían claro: la familia X iba a tener continuidad a largo plazo. De momento parece que será así, aunque la celeridad con la que ha surgido la nueva generación resulta relativamente sorprendente. Viendo los fallos, y carencias, de los primeros terminales era lógico en pensar en renovarlos. Eso sí, que lo anuncien cuando se pone a la venta los modelos presentados en Barcelona dan una sensación un tanto agridulce.

Mantenerlo parece una buena decisión tanto si realmente se pretende convertir usuarios a Windows Phone como si, simple y llanamente, es posicionarse en una gama de entrada cada vez más interesante. Aquí Android sigue teniendo un ecosistema de aplicaciones más completo, aunque el sistema móvil de Microsoft ya tiene cubiertos los frentes más básicos.

Veremos si de aquí a finales de año los Nokia X siguen entrando en los planes de Microsoft, las ventas serán clave obviamente, pero de momento parece que en Redmond ha crecido el cariño por este proyecto y que sus intenciones a corto y medio plazo es seguir apostando por él pero como un actor secundario a la sombra de Windows Phone.


Fuente: Xataka

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